Blog Cinco lugares para descubrir la Sevilla Romana

Hace muchos años, la ciudad de Sevilla estaba dominada por el Imperio Romano, bajo el nombre de Híspalis. Los romanos utilizaban la ciudad como capital mercantil, y edificaron a las afueras de Sevilla una colonia llamada Itálica, lugar donde nacieron dos de los emperadores más importantes del Impero Romano: Trajano y Adriano. Los romanos dejaron una gran huella en Sevilla. Estos son los cinco lugares más importantes de la Sevilla Romana:

La historia de Roma en Sevilla

-Conjunto Arqueológico de Itálica (Avenida de Extremadura, 2 – Santiponce): Fue fundada en el año 206 a.C. por el general Publio Cornelio Escipión tras la victoria contra los cartagineses en la batalla de Ilipa. Itálica fue punto de origen de gran parte de los senadores de aquella época, y lugar de nacimiento de los emperadores Trajano y Adriano. En la actualidad, Itálica conserva un maravilloso anfiteatro romano, y la ofrece la posibilidad de pasear por sus antiguas calles, así como conocer algunas casas y edificios públicos que aún se mantienen en pie. -Museo Arqueológico de Sevilla (Plaza de América s/n – Parque de María Luisa): Tiene 27 salas que ofrecen un gran testimonio de los diferentes pueblos y culturas que han escrito la historia de Andalucía. Uno de esos pueblos es el romano, del que se conservan utensilios, monedas, y varios e interesantes mosaicos y estatuas, como la de Hermes. -Antiqvarium de Sevilla (calle Laraña, 2 – Plaza de la Encarnación): Es un museo que encierra los restos visibles de gran parte del período romano, desde Tiberio (año 30 d.C.) hasta el siglo VI, y una casa islámica almohade de los siglos XII y XIII. El Mosaico de la Casa de los Pájaros es espectacular. -Palacio de la Condesa de Lebrija (calle Cuna, 8): En pleno centro de la ciudad, posee mosaicos romanos muy bien conservados, así como columnas, ánforas, vasos, esculturas y vasijas. -La Alameda de Hércules: Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, lleno de historia. Allí se sitúan las cuatro columnas que formaban parte de un templo romano, con las estatuas de Hércules y Julio César.